Desde el Muro de los Lamentos, el corazón del pueblo judío, elevamos una oración por el rápido regreso de los secuestrados. Las piedras del Muro, que han absorbido lágrimas de esperanza a lo largo de las generaciones, claman hoy con nosotros, más que nunca, por su regreso seguro y saludable a casa.
“Nuestros hermanos de toda la casa de Israel, que se encuentran en angustia y cautiverio, ya sea en tierra o en el mar, que el Todopoderoso tenga misericordia de ellos y los libere de la angustia a la tranquilidad, de la oscuridad a la luz, y de la esclavitud a la redención. Que sea pronto, en nuestros días.”
Amén.