Kedoshim 5779

QuiŽn es el Juez y quŽ es la Justicia? - Parashat Kedoshim

Rabino Shmuel Rabinovich - Rabino del Kotel HaMaarav’ y Los Lugares Santos

La lista de mandamientos con la que comienza la parash‡ de esta semana, Kedoshim, incluye aquellos considerados ׂentre el hombre y D-os׃ y los que son ׂentre el hombre y su pr—jimo׃. Ambos est‡n condensados bajo el t’tulo ׂDeber‡n ser santos pues Yo, su D-os, soy santo׃.

Algunos de estos mandamientos est‡n dirigidos a jueces:

ׂNo cometer‡n injusticia al juzgar; no favorecer‡n al pobre ni respetar al gran hombre; juzgar‡n a su pr—jimo con rectitud׃.

(Vaikr‡ 19:15)

Kdoshim?
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La lectura simple nos hace creer que el vers’culo no est‡ dirigido a cualquier persona, sino a aquella que estŽ sentada en una posici—n de juzgar; al juez que tiene el poder de determinar el destino de aquellos frente a Žl. El juez puede optar entre realizar un juicio justo o uno injusto. Este vers’culo brinda dos ejemplos de injusticia: favorecer al pobre, es decir, robarle al rico para beneficiar econ—micamente al m‡s carenciado; y el segundo es lo opuesto, favorecer al gran hombre, darle un beneficio financiero a alguien en un estrato social m‡s alto a costas de la persona a la que enfrente en la Corte.

Los Sabios del Talmud agregaron al respecto:

ׂJuzgar‡s a tu pr—jimo con rectitud: ot—rgales el beneficio de la duda׃.

(Talmud de Babilonia, Tratado de Shavuot, p‡gina 30)

Pareciera que los Sabios ׂmovieron׃ el vers’culo, lo quitaron de la Corte y lo aplicaron a todas las personas, en la casa, en el trabajo o en cualquier ‡mbito en donde pueda producirse un encuentro social. Pero hay m‡s en este giro. Si miramos detenidamente, el reclamo no es simplemente ׂactuar con rectitud׃, sino tambiŽn darle al otro el beneficio de la duda. Cuando veamos a alguien haciendo algo que podr’a interpretarse tanto de manera positiva como negativa, deber’amos otorgar el beneficio de la duda y juzgar sus acciones de modo positivo.

Los Sabios quisieron ense–arnos dos principios importantes con este comentario. El primero es que un juez no es s—lo ׂun hombre en la Corte׃. Cada uno de nosotros funciona como un ׂjuez׃ de su pr—jimo. Sin darnos cuenta, juzgamos a los otros y sus acciones, a veces de manera negativa y otras de modo positivo. Proyectamos intenciones, a veces buenas y otras veces no tanto, y actuamos con los otros en base a nuestros juicios ocultos.

Es f‡cil y popular hablar acerca de ׂno juzgar a los otros׃. Pero nuestros Sabios no tomaron ese camino. Ellos comprendieron que juzgar al otro es algo natural y no encontraron ningœn sentido en luchar en contra de la naturaleza humana. Por el contrario, ellos vieron que el vers’culo de la Tor‡ nos ense–a c—mo lidiar con esta cualidad humana.

Entonces llegamos al segundo principio. El concepto de ׂJusticia׃ es generalmente interpretado como ׂhacer lo correcto y moral segœn las leyes y normas aceptadas׃. Por ello, deber’a sorprendernos que los Sabios del Talmud hayan explicado el vers’culo como una orden de darle a otros el beneficio de la duda. ?C—mo puede ser que juzgar a alguien de manera favorable sea ׂjusto׃?

Y sin embargo, as’ es. Eso es exactamente lo que nuestros Sabios han querido ense–arnos. Debemos reconocer que el hombre naturalmente quiere ser bueno y hacer buenas acciones. Es extra–o encontrar a alguien que asegure querer ser malvado en pos del Mal. El hombre es esencialmente bueno, y por ello es justo darle a otros el beneficio de la duda y asumir que su intento y sus acciones son positivas y valiosas.

Esto no significa que no existan personas que hagan cosas que no cumplan con estas caracter’sticas. Somos muy capaces de discernir entre actos positivos y negativos, y no debemos nunca perder nuestra capacidad de juzgar entre el Bien y el Mal. Pero, a pesar de Žsto, cuando llegue el momento de juzgar a otro, y no a sus acciones, debemos asumir que sus intenciones fueron positivas, su objetivo era v‡lido, y s—lo una debilidad en su personalidad, el hecho de dejarse llevar, o una dificultad emocional hicieron que la persona cometiera algo reprochable.

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